De 8M a 8M: un año de trabajo y crecimiento continuo

 

 

El 8 de marzo de 2019, la Presidenta de la Red Mujeres para la Justicia, Dra. María Angélica Gastaldi, compartió un acto con la entonces Intendenta de Rosario, Dra. Mónica Fein. Ese día, el de las mujeres, las referentes de dos poderes del Estado firmaron convenios de trabajo que tenían un objetivo: trabajar en conjunto para erradicar la violencia de género. Las trabajadoras que las acompañaron levantaron carteles que resumían también el espíritu del encuentro: 8M, por un cambio social. Fue la primera gran actividad, política, cultural y de encuentro que realizó esta Asociación Civil. De ese día a hoy, 8 de marzo de 2020, los acuerdos firmados, las charlas, los viajes, las actividades, los aprendizajes, son innumerables. Sí hay algo que puede contarse, que tiene voz, cara, historia, voto, disidencia, compromiso: cada una de las más de 450 socias de todo el país que aportan todos los días al crecimiento de la Red y apuestan a la construcción de una sociedad de y para la paz.

El primer año de la Red Mujeres para la Justicia no pasó desapercibido. Los convenios firmados, similares al primero, se multiplicaron a lo largo y ancho de todo el territorio argentino. Gobiernos provinciales, municipales, comunas, instituciones educativas, colegios de magistrados, de abogados, y demás (¡no queremos olvidarnos de nadie!), se sumaron al desafío de transformación que la Red se propuso desde que fue apenas una idea. Las propuestas de nuestras socias se transformaron en conversatorios, desayunos, charlas, cursos y hasta llevamos adelante un Primer Encuentro Federal, la más intensa de nuestras jornadas hasta la fecha. Y, a través de distintos comunicados, materializamos las redes de solidaridad tejidas cotidianamente cuando cualquiera de nuestras socias y amigas lo necesitó.

Este 8 de marzo es el segundo que celebramos juntas, enredadas. Sabemos que nos quedan muchos más por delante, porque es mucho el trabajo necesario. Las mujeres de los poderes judiciales de todo el país, nucleadas en esta Asociación, seguiremos coincidiendo en la acción de todas aquellas y aquellos que se oponen a la violencia machista. Sabemos que, en lo que al Poder Judicial respecta, que todavía falta. Debe continuarse con las transformaciones, pero no basta con proponer al Ejecutivo ternas con hombres y mujeres, sino que es importante democratizar aún más el ejercicio del Poder, integrar las salas de los Tribunales Colegiados, las oficinas y los cargos con hombres y mujeres que garanticen que se instale efectiva y definitivamente la perspectiva de género en el ejercicio de nuestra profesión.

Las varas altas en materia de exigibilidad a las que debemos aspirar es que se logren los reconocimientos de todos los derechos de las mujeres plasmados en los pactos internacionales. Como asociación civil entendemos que es a lo que tenemos que tender para ser incluidas: participación real y debida diligencia del Estado para la protección de todos los derechos reconocidos.

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